¿Los 30 son los nuevos 20? ¿O cómo es la cosa?

PELEA

Por: Miladys Soto
@miladyssoto

Cuando cumplí 25 hice un show tremendo porque “ya estaba vieja”. Me fui de viaje sola a México para, según yo, empezar esa nueva vuelta al Sol con unas vibras diferentes. Por cosas del destino siete meses después estaba viviendo en ese país…

La cosa es que en la víspera de la “peseta”, como le decimos los boricuas, reflexioné sobre todo lo que había soñado y planeado para mi vida, y llegó una gran decepción. Estaba frustrada. No sentía que había alcanzado nada de lo que había planeado y lo que tenía no me parecía suficiente.

Sentía que ya estaba “vieja” y que estaba atrasada en todas las metas que me había trazado para esa edad. Pero la realidad es que después de los 25 pasaron muchas cosas más que atrasaron mis planes, y llegaron los temidos 30. Extrañamente, esta vez no sentí la frustración de hace cinco años, sino una gran satisfacción por lo logrado.

Hice un recuento menos minucioso que el hice para mis 25 primaveras, pero sí reflexioné sobre dónde estoy parada y hacia dónde pretendo llegar. No, no he comprado el departamento ni hecho otras tantas cosas que imaginaba para mí a esta edad. Pero por otro lado, he logrado cosas que ni había planeado, experiencias que me parecen mejores que todos los convencionalismos que tenía en la cabeza en algún tiempo. He viajado y he conocido personas increíbles, trabajo en lo que soñé siempre, me rodea un círculo de apoyo excepcional de familiares y amigos. Bien dijo El Principito que “lo esencial es invisible a los ojos”.

Cada persona tiene su tiempo, no hay un ritmo establecido para lograr X cosa en la vida, tampoco un to do list que se deba cumplir a cabalidad. No es necesario tener un matrimonio, con casa, carro, hijo y hasta mascota incluida. Lo único necesario para cada persona, hombre o mujer, es sentirse pleno con lo que se tiene en el momento, mientras se trabaja por lo otro. Nunca se sabe si no hay mañana, y perdimos el tiempo frustrados por lo que no se alcanzó, en lugar de disfrutar lo que ya se tenía entre las manos.

Hace años en una charla con mi abuela y otras de sus nietas, esta nos dijo: “dicen que la vida se acaba a los 40 años, y a los 40 años yo empecé a vivir”. Lo dijo hace años, pero esa frase se me hizo inolvidable. Nunca es tarde para ser plena y feliz, con una misma, sin nadie que te complete o sin la obligación de tener toda clase de artículos materiales que comprometan el bolsillo y hasta la estabilidad emocional.

Da igual si los 30 son los 20 o los 40 los 30. Lo importante es que lo que hagas con tus años sean de beneficio para ti de forma holística. Llénate de experiencias, si todo fracasa te quitarán la casa, el carro y todo lo que sea ejecutable. Pero nunca, nunca, te podrán quitar lo que hayas bailado.

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Miladys Soto

Periodista y relacionista profesional con ocho años de experiencia. Adicta a los viajes, con la meta (y esperanza) de darle la vuelta al mundo. Fiel creyente de que la última la paga el diablo y que nadie te puede quitar lo bailao. Guilty pleasure: la pizza con piña.